jueves, 28 de marzo de 2013

GAUCHOS DEL AIRE de Rubén Ricardo Iriarte



       Tercer Concurso Nacional de Literatura
Categoría Relato Histórico
UPCN Año 2012


3er. premio



Le quedaba cerca claro, o de paso como decían otros desde Villa Reynolds a Palomar y sobrevolaba la ciudad para delicia de los chicos y el orgullo de los grandes, era el alférez Jorge Barrionuevo que con un Mirage A4B surcaba el cielo de su ciudad natal.

Rufino lo vio recorreré sus calles, crecer y educarse abajo y ahora lo veía desde abajo convertido en el heredero de Julio German Muñoz aquel piloto rufinense civil integrante de la primera expedición militar antártica de la Argentina en 1955.

La explosión en el aire al sobrepasar la barrera del sonido y el característico resonar de los aviones de combate eran inconfundible…”ahí viene Barrionuevo” se escucha entre el vecindario, y la mirada hacia el cielo para ver como con la intención de saludar a sus padres, que seguían viviendo en Rufino, inclinaba a vuelo rasante las alas de la potente maquina de guerra, después llegó Malvinas.

……………………………..

Volando rasante, a solo 15 metros sobre las olas, las escuadrillas de Skyhawks de la Fuerza Aérea Argentina llegaban hasta los buques de la Task Force en el estrecho de San Carlos. A pesar de sus parabrisas empañados por la sal marina, los líderes se las arreglaban para reconocer el blanco y entonces, con un buque en sus miras saltaban para descargar sus bombas. En un brazo de agua que pronto se volvió conocido para los británicos como el “Callejón de las Bombas”, los pilotos argentinos lanzaban ataque tras ataque. A pesar de su falta de entrenamiento para el ofensiva a buques y su limitado conocimiento de las tácticas para estos casos, ellos ganaron rápidamente el reconocimiento de sus adversarios británicos por su coraje y dedición.” relataban los diarios y revistas británicas.

Una de las más importantes batallas de la guerra del Atlántico Sur se libró el 25 de Mayo de 1982, y el Alférez Jorge Nelson Barrionuevo fue uno de sus protagonistas, “Bam Bam” como los conocían sus amigos de la adolescencia adjudicado a su contextura física, se convertía en un héroe de la Guerra de Malvinas.

El Capitán Carballo, el Teniente Carlos Rinke y el Alférez Carmona integraban la formación “Vulcano” que se dirigía hacia la zona de operaciones. Los acompañaban el Primer Teniente Mariano Velazco, el Teniente Ossés y el Alférez Jorge Barrionuevo en la escuadra denominada “Zeus”.

Se arriesgaron a volar en “medio del aire” y fueron descubiertos por un radar de la marina inglesa a unas cien millas al sudoeste del Estrecho de San Carlos. Debe haberse dado cuenta, por que de inmediato se dividieron en dos parejas. Se enviaron a los Harriers para encontrarlos, pero inmediatamente los Skyhawk Argentinos bajaron la altitud para dirigirse a la costa sur de la Gran Malvinas.

El Broadsword ubicó a los dos primeros, pero perdió al segundo par, mientras el Coventry ordenaba tomar posiciones de combate, alertaron a los Harriers desde el Hermes que entonces se dirigía a la entrada del estrecho

Carballo se sentía insignificante frente a aquellos dos colosos de hierro.

Mientras disparaban sus cañones, ambos aviadores soltaron sus bombas y tras

saltar por sobre los mástiles y antenas de la embarcación británica, iniciaron

maniobras de evasión.

Preguntó enseguida el líder:

-”¡¿Pasó dos?!”

La respuesta no se hizo esperar.

-”¡Si, señor!”

Fue en ese momento que se escucharon por radio las voces de sus compañeros que atacaban al “Coventry”.

-”¡Tengo blanco a la vista y estoy entrando!”- era el Primer Teniente Mariano Velazco.

El avión giró para alejarse del destructor y fue directamente hacia la Broadsword para dejar caer cuatro bombas de 500 kilos, una de las cuales tocó agua antes de tiempo, otras dos volaron sobre la nave, a pocos metros del puente. La cuarta rebotó en el mar y se abrió paso a través del lado de estribor de la fragata, en la sección posterior, a un metro y medio por encima de la línea de flotación. Se estrelló atravesando la cubierta de vuelo, destrozando el helicóptero Lynx antes de caer por el costado.

La situación en el salón de operaciones del Coventry era igual de aterradora. Sabían que el Broadsword había sido alcanzado, pero también estaban al corriente que dos aviones argentinos andaban todavía por allí, buscando al Coventry. Pero no tenían la menor idea de cual seria la dirección en que vendría el ataque. Ni cuando.

Velazco y Barrionuevo, iniciaban el último tramo de su trayectoria en dirección al “Coventry” cuando el radar de la “Broadsword” los capturó. El buque se aprestaba a disparar sus misiles cuando el capitán David Hart-Dyke del “Coventry”, maniobró para eludir el ataque, interponiéndose entre los aviones argentinos y la fragata británica. Las palabras se repetían en el salón de operaciones del Coventry mientras todos los operadores buscaban los puntos delatores en las pantallas que indicaran donde estaban los Skyhawk.

De pronto los tenían… por el noroeste…luego los perdían…entonces los tenían otra vez…ahora por el Noreste…

Las palabras se hacían cada vez mas desesperadas…

- ¿Dónde están?
- ¿De dónde vienen? De dónde vienen? Por el amor de Dios, ¿de dónde vienen?

- Un momento almirante – dijo de pronto. Y luego se escucho que exclamaban en vos baja - Dios mío!

El mas terrible temor de un director de misiles se había echo realidad. El Coventry se había interpuesto en el camino del lanzado del misil Sea Wolf. El Broadsword quedó comprensiblemente inmovilizado. No podía disparar sin darle al Coventry. Sin proponérselo, había condenado a su nave.

Los dos Skyhawk argentinos salieron por detrás de la Isla Borbón, volando a gran velocidad casi al ras del agua, directamente hacia la nave del Capitán Hart-Dyke.

Y en ese momento ya era tarde. En medio de una andanada de cientos de
proyectiles provenientes de la cubierta superior, los pilotos argentinos se dirigían a la proa del Coventry.

Mientras recibían los disparos de las ametralladoras de pequeño calibre a medida que se acercaban, soltaron sus bombas de quinientos kilos en línea recta, tal como dicen los manuales de instrucción de bombardeo.

Las tres bombas del primer teniente Velazco pegaron de lleno en el destructor perforaron su costado y estallaron en su interior.

Las de Barrionuevo erraron por muy poco, aunque parece que una de ellas alcanzó a perforar el casco, sin estallar, ocasionando serios daños.

Esto le otorga al piloto rufinense la gloria de haber sido el autor del definitivo hundimiento del Coventry reconocido por el mismo jefe de escuadrón cuando llegaron al Río Gallegos según lo cuenta el mismo en posteriores relatos documentales

Los cuatro aviadores regresaron sin dificultad, lanzando alaridos de triunfo. El

Vice Comodoro Pereyra los tuvo que llamar al orden por la radio para que

hicieran silencio de frecuencia., cosa que Carballo agradeció a Dios.

Cuando se hallaban con la pista a la vista, el líder llamó a la torre para informar que regresaban los cuatro, hecho que provocó gran algarabía entre el personal de la base.

Fue entonces que la voz de Carballo volvió a dejarse oír.
-”¡En el Día de la Patria, pista a la vista. Regresando todos. Misión Cumplida!”

………………………………….

Aquellos vuelos rasantes como visita a sus padres en Rufino...a cualquier hora que hacían salir la calle a ver los A4B...paradójicamente fueron premonitorios de aquellas batalla al ras del agua de la pericia de los pilotos Argentinos entrenados en los Pucaras, hay una leyenda en la ciudad, que ha tenido varias denuncias por ruidos molestos, bromean sus amigos del sur santafesino,
un día a la siesta unos cinco aviones se quedaron casi treinta minutos haciendo vuelos en formación, ¡¡que maravilloso!!, era Barrionuevo y sus compañeros de escuadrilla, a veces solo pasaban una vez y se iban.

Hoy el Comodoro Jorge Nelson Barrionuevo es el Jefe Centro de Vigilancia Aeroespacial de la Fuerza Aérea Argentina en Resistencia (Chaco) que permite la operatividad permanente de los aviones dedicados a las tareas de control y vigilancia del espacio aéreo. Allí asumió sus funciones en el año 2006.

                                                                                   FIN



* Fuentes consultadas: Argentina Invadida, Guerra de Malvinas, Horacio Ricciardelli, La Voz del Cóndor Malvinense, Los vampiros de la patria | Guerra de Malvinas, Héroes de Malvinas, Porque soy Argentino, Los de Rufino –Rubén R. Iriarte.-






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